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Ese día había una actividad convocada por el Movimiento Socialista de Trabajadores y Trabajadoras (MST), una caravana llamando al cierre del Aeropuerto Luis Muñoz Marín dado a la situación de la pandemia y el alto número de casos [de COVID-19] en Puerto Rico. Nos encontramos en el Hotel San Juan en carros propios, yo junto a mi pareja.

Yo soy parte del MST así que ayudé a mover las cosa, sostener la pancarta de la actividad y en un momento dado fui a [organizar] la caravana. También colaboro con el medio de Bandera Roja de vez en cuando como corresponsal, así que grabé videos y tomé fotos.

[La caravana salió] alrededor de las 3:30 p.m. Seguí el paso de la caravana hasta que nos detuvimos junto en el puente Teodoro Moscoso en la Baldorioty y al encontrarnos con la Policía estatal bloqueando la rampa para la salida hacia el aeropuerto con vallas.

[Los manifestantes] nos empezamos a bajar de nuestros carros y nos acercamos a las vallas donde estuvimos en el área dando vueltas. Bloquearon la Baldorioty hasta que un grupo grande de la uniformada comenzó a empujar a los manifestantes para que se salieran de esta, [pero] fueron ellos los que básicamente terminaron de bloquear el paso. Los empujones fueron ligeros y no fueron fuertes en comparación con la otra confrontación [más adelante].

Los uniformados de la Policía amenazaron con mover los carros, diciendo que, si no los movían, traerían grúas para ser removidos. En ese momento yo estaba en la marginal dejando espacio para que transitara un carril por el lado izquierdo, hasta que no hubo paso. Nos detuvimos en la marginal, pero se extendió al resto del expreso.

Básicamente, se estuvo ahí un buen rato en espera a ver si se podían pasar al área del aeropuerto. Hubo personas de la actividad [que hablaron con los policías] a ver si le daban paso al aeropuerto.

Estuvimos dos a tres horas, entre las 5:30 y las 6:30 p.m. hasta que finalmente nos informan para seguir la caravana. La caravana empieza a seguir por la avenida, llegó al Mall de los Ángeles, dimos la vuelta en “U”” para ir de Carolina a San Juan y nos metimos por la entrada principal que los Policías tenían detenida.

La gente llegó, se bajaron de sus carros y estuvieron allí un rato. Empezamos a detener más carriles, ya que no dejaron el paso para el aeropuerto. En la entrada al aeropuerto se convirtió en un punto de cotejo que tenían la Policía, la cual cerraron cuando llegamos.

Ante la negativa, los manifestantes empezaron a tomar más carriles del expreso para tratar de que abrieran el paso para el aeropuerto. Después de 15 a 20 minutos de llegar al área, fueron llegando poco a poco sobre 50 policías a la rampa de la salida. La rampa se fue llenando por completo de oficiales que se bajaban de guaguas oficiales y unidades motorizadas.
[Se formó] una fila en la parte de afrente de las rampas y otra parte hacia los carriles, que estaban detenidos por los manifestantes. Ahí estuvimos un rato. Luego bajaron una fila de policías en motora, en orden para tomar control de la situación. Comienzan a ponerse en fila y empujar a la gente con sus macanas para abrir paso en el expreso.

Estaban alrededor de las vallas, un poco hacia atrás mirando los carriles del expreso, ya que la manifestación había tomado los 4 carriles de la Baldorioty. En la fila a mano izquierda, si miramos a la rampa, ahí venía la fila de oficiales. Ahí se meten por el carril que utilizaban para el punto de cotejo y comienzan a empujar hacia atrás. Algunas personas se van para atrás y otros se quedaban afrente.

[Al frente] era donde yo me encontraba. Un pequeño grupo de manifestantes se quedan al frente mientras que los policías lo seguían con toda la prensa detrás de ellos. En ese momento, había una compañera del grupo pequeño de manifestantes [antes mencionado] que se había quedado en esa área y los Policías estatales, que no eran parte de la fuerza de choque que estaban tratando de controlar a los manifestantes, estaban empujándola con las macanas. Estos eran del mismo grupo de los 50 que llegaron y se acomodaron en la rampa.

La compañera estaba quieta, simplemente parada mirando hacia [lo que estaba ocurriendo] dentro del expreso, donde estaba toda la caravana. Cuando vienen a intervenir con ella se vira y ahí viene el grupo de oficiales sobre ella. Y ahí es cuando le dan y la empiezan a empujar bien fuerte.

Ella se echa un poco para atrás, asustada por la reacción repentina y continúan empujándola. En un inicio eran 3 a 2 agentes, pero cuando comienzan a empujarla se añadieron 4 oficiales. Ahí veo que Ricardo Santos interviene y pone su cuerpo entre la manifestante y los guardias. Todos los empujones que era de la compañera se lo echan a él. En ese momento llegan aún más policías, 5 oficiales, aproximadamente.

Ahí también sale una parte de policías con casco y policías que se pararon frente a las vallas. Básicamente empujaron a los compañeros [Santos y la compañera]. En medio de todo esto la compañera termina alejándose y solo terminan empujando a Ricardo, olvidándose de ella.

Otras personas y Yo cruzamos la línea de la rampa para increpar lo que estaba pasando. Entonces, cuando empiezan a empujar a Ricardo Santos en el cuerpo ahí llegan más agentes, como están cerca de los otros agentes llegan y lo rodean. Ya para ese punto habían alrededor de 7 policías a su alrededor, y como 8 o 10 policías alrededor de esa línea y en la cercanía.

A base de esto, detrás de esta fila en la salida, había un montón de patrullas y guardias a lo lejos. En ese momento, entre los varios compañeros estamos discutiendo con los oficiales y reclamándole lo que estaba pasando. Lo estaban empujando y dándole por atrás, dominándolo. Terminan tumbándolo al piso y Santos comienza a gritar que no puede respirar. Tiene a muchos hombres encima. [Un oficial] le coge un brazo a Ricardo Santos y se lo ponen encima del pecho, pero tirando hacia el cuello y le ponen presión. Hubo un momento cuando estaban encima de él que [Ricardo Santos] exclamó a los policías “¡Me están asfixiando!”

Ahí es donde, después que lo tenían tumbado en el piso empujando con la macana, les grito:
“¡Le tiene un montón de gente encima! … ¡No puede respirar! … ¡Ya lo tienen en el piso! … ¡Estos es un abuso! … ¡Si lo van a arrestar arréstenlo, pero no le caigan encima de esa manera! … ¡¿Por qué lo están arrestando si no está impidiendo el tránsito?!”

Cuando estaba frente a la policía gritando todo esto, viene un policía [detrás de la fila] y se acerca más o menos entre dos policías y me da una mirada amenazante. Se veía molesto, con el ceño fruncido. [El oficial] se centra entre medio de los dos policías frente de mí, pero detrás de la fila. Luego, levanta su brazo derecho y mientras da un paso adelante y me tira un macanazo a mi cabeza. Ahí yo me asusto, doy un paso atrás, levanto mi brazo y me impacta en el antebrazo izquierdo.

En ese momento me alejo un poco de la línea, me cojo el brazo izquierdo con la mano derecha. Personas alrededor se acercan a preguntarme si estaba bien, a ver qué me había pasado. Cuando me miro el brazo estaba sangrando e hinchado.

En ese momento, que todavía estaba el compañero [Ricardo Santos] en el piso, saqué el celular y abrí la cámara con la mano derecha y me mantengo arrodillado para grabar a Ricardo entre los pies de la fila de la policía. Ahí estoy un rato con el brazo izquierdo abajo.

Al inicio me traté de acercar por arriba para grabar los policías en la primera y segunda fila, pero a donde yo me movía, [ellos] se paraban al frente. Entonces ahí mientras estaba gritando en el piso, [Ricardo Santos] tenía a un policía encima y otro aguantándolo en el piso por los brazos.

Yo estaba cuestionándole a los policías por qué lo arrestaban y por qué lo trataban así, y por qué me dieron con la macana. También empiezo a narrar como le están cayendo encima y cómo se puede ver al compañero, ya que estaba inmovilizado en el piso.

Mientras estoy grabando todo esto entre las piernas de los policías, un [policía] me tumba el teléfono celular con una macana, dándole por la parte de arriba, por el borde. Rápido recojo el celular del piso y empiezo grabar al policía que me tumbó el celular y comienzo a reclamarle que le dio a mi celular mientras estaba grabando.

Y pues, dentro de todo esto, después de la situación y a reclamos de los manifestantes, lo levanta del piso bruscamente y se lo llevan [detrás de] la valla lateral derecha, fuera del perímetro. No pude apreciar cuando le pusieron las esposas, porque se lo llevaron a las vallas. Ahí está rodeado de policías y no puedo deslumbrar bien desde mi distancia, y ya se lo llevaron hacia allá.
Todo este [confrontamiento con Santos] ocurrió en 10 a 15 minutos. A eso de las 7:00 pm, regreso a mi auto que estaba bastante al frente en el tapón de la manifestación. Ahí veo que mi herida esta hinchada y botando sangre.

Me acerqué a una de las compañeras que me hecha agua por encima. Era un dolor bien fuerte, no pude ni mover el brazo. [Cuando] procede a ponerme hielo, ahí me doy cuenta de que a otra compañera le habían dado en el pie con una macana y a otra la habían dado también en un brazo. Y pues, estuve ahí el resto de la actividad, poniéndome hielo en la herida tratando de controlarla y recudir el dolor.

Básicamente prosiguió la actividad luego de la intervención. Varios salieron por la salida de la rampa, algunos compañeros siguieron a ver a qué cuartel habían llevado a [Ricardo Santos]. Entonces, así transcurrió la actividad hasta la tarde.

Esto hasta las 9:30 p.m. finalmente regresó Santos a la manifestación después que lo llevaron al CDT y al cuartel de Carolina. Cuando llegó expresó que había temido por su vida, que en el momento a veces uno no se da cuenta, pero mientras le hacían la llave en el cuello el sintió un click [sonido] que lo asustó. Dijo que cuando fue atendido en el Hospital Universitario en Carolina, la enfermera y la médica que lo vieron le expresaron que estaban de acuerdo con la actividad y que le daban las gracias por la misma.

Luego que él habló, la actividad se acabó y todos se montaron en sus carros para seguirlo. Aproximadamente estuvimos allí hasta las 9:00pm. Ya había anochecido.

Al final de la actividad, no pude guiar mi vehículo. Mi compañera guió mi vehículo. Todavía creo que tengo un tendón lastimado porque todavía tengo hinchada la herida. No puedo hacer fuerza con la mano, como quien dice, no puedo girar mi mano y ya llevo una semana desde la actividad. Tendré que ir al médico y lo más probable vaya mañana, ya que no busqué atención médica.

Los uniformados de la policía amenazaron con mover los carros, diciendo que, si no los movían, traerían grúas para ser removidos.