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Llevé mi perro, un Husky, al parque como de costumbre, como a una cuadra de donde vivo. Por lo general siempre lo saco, cruzo, voy por el parque y regreso por la marginal de la Baldorioty. Caminé por el parque con mi mascota, le doy la vuelta a la laguna y me senté en un banco. No había nadie cerca. Siempre había como 20 pies de distancia cada vez que pasaba alguien.

Sale un guardia de la nada y me dice, “Puede caminar el perro pero no puede sentarse ni hacer ejercicio”. Me rodearon y me abacoraron 6 o 7 patrullas de motora, de seguro fueron 6 o más. Yo me asusté. Me dijeron “no puede estar aquí” y me preguntaron dónde vivo. Me dijeron que me tengo que ir.

Luego llegó una patrulla de auto y con los altoparlantes me gritaron “¿Usted quiere que yo la arreste? No puede estar ahí’.”

Estaba nerviosa. Mi perro estaba ladrando. Le pregunté [al policía del auto] si tiene perro, me dijo que sí. Le pregunté si en su casa tiene patio. Le expliqué que tengo que sacar a mi perro. El policía del auto me respondió, “Coja papel periódico, ponga en su apartamento y que [el perro] lo haga [sus necesidades] ahí”.

Mientras hablaba con el policía del auto los policías de las motoras se comenzaron a bajar a mis espaldas. Yo les dije “a mí no se me acerquen”. En ese momento yo me siento como un criminal. Le pregunté al oficial del auto que cuál es su placa. El policía contestó amenazándome con cárcel. Casi me dio un ‘mental breakdown’.

Pienso que fue abusivo. Cuando salgo, no sé qué uno tiene que hacer. Ellos no te orientan. No le puedo decir al perro ‘tenemos pandemia’ y que haga sus necesidades en el apartamento. No puedo seguir con este estrés con que no puedo sacar al perro.

Con un policía que me atendiera y me explicara era suficiente. No tengo problemas con la orden ejecutiva ni con el toque de queda, pero sí con el abuso.

Ahora camino mi perro por la Ponce de León, pero esa está sucia y llena de deambulantes. Se lo digo al policía y me contesta “eso no es mi problema”. Si uno camina por la Ponce de León se te pegan los deambulantes. Yo tengo miedo del contagio.

A mí me cancelaron todas mis citas médicas. ¿Qué hacen las personas si tienes algo urgente? ¿A dónde uno va en emergencia? Es algo preocupante. Los médicos desaparecieron. Y si una sale, es criminal.

Aquí vuelan balas todos los fines de semana y si usted llama a la Policía no aparecen, pero cuando sacas el perro llegan las seis motoras. Yo no estaba cerca de nadie.

Yo no le voy a obligar [al perro] a hacer algo que por 5 años ha hecho afuera [sus necesidades].

El rol de la policía debe ser velar por el bienestar. ¿Cuál es la necesidad de tener tantos policías? Una sale como si fuese un criminal.

Fue excesivo tener seis patrullas [de motora]. Se necesitan haciendo otras cosas. No sé si [la intervención] fue porque soy una mujer.

Quedé tan mal que anoté la fecha.

Me dijeron que no puedo estar afuera por el toque de queda.

Cuando le pedí la placa me amenazaron con la cárcel.