Ver casos

Vivo en la Calle Laurel, así que yo estaba bastante cerca de mi edificio. Siempre que camino con mi perro voy por la Calle Guerreo Noble, giro hacia la Calle Park Boulevard y luego regreso. Yo puedo ver que no hay nadie de ida. De vuelta, paro en la esquina (en la intersección de las dos calles) a botar la bolsa de caca de mi mascota en un zafacón que hay en el lugar. Veo mi edificio desde esa esquina.

Siento un auto y son oficiales, el primero no tenía guantes ni mascarilla y el segundo, el mayor tenía guantes. Bajan el cristal y me dicen “no puede estar aquí caminando con el perro”. Les contesto que la orden de la gobernadora permite caminarlos [los perros] por el perímetro. El oficial mayor, me pregunta dónde vivo. Le contesto, “yo vivo allí”, señalo mi edificio, que se ve desde esta esquina. Me contesta: “lo puede pasear en la parte verde o en el estacionamiento”. Le repito que la gobernadora dijo que sí se puede caminar el perro en el perímetro.

Pienso que recibieron instrucciones que no puede haber gente en la playa, pero yo no estaba en la playa. Me siguieron hablando pero me fui para mi hogar por la Calle Guerrero Noble ya que me dijeron que no podía estar ahí. Obviamente, les tuve que dar la espalda, pero vi con el rabo del ojo cuando los oficiales se bajaron de la patrulla. El policía mayor me dice: “Señora, le tengo que poner una denuncia”. Les pregunto, ya medio alterada y asustada, “¿No me dijeron que me fuera?” y seguí caminando. Los policías se montaron en su patrulla y lo siguieron por la Calle Guerrero Noble en dirección a Calle Cacique.

En ese momento pude ver parte de la identificación del vehículo. Decía ‘gobierno estatal’ y la tablilla terminaba en ‘8866’. Fui caminando bien nerviosa. Voy asustada porque son [los policías] del área.

Cuando regresé al edificio de mi apartamento, hablé con el conserje sobre lo que me acaba de suceder. Me dice, “usted es como la tercera o cuarta persona del edificio que los policías les detienen”

Ahora paseo al perro por la calle de atrás de mi edificio o justo al frente. Vivo atemorizada. Si me arrestan, ¿dejo caminando el perro por ahí? Yo no llevo mi ID cuando camino con el perro, ¿qué me van a hacer en ese caso?

Pienso que no, porque para empezar, ¿por qué tengo que hablar con una persona sin protección? No saben cuál es la orden ejecutiva. Puedo pasear a mi mascota en el perímetro.

Asustada, amedrentada, sorprendida… nunca pensé que me pasaría esto. Nunca han venido a asaltarme ni nada y me siento intimidada por los policías. Nadie me dijo nada, han pasado veintemil patrullas y esta fue la que me paró. Me preocupa mi reputación y las sanciones que tendría una “abogada presa”.

Que no puedo estar caminando por aquí.

Me amenazaron con la denuncia