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Unas compañeras me invitaron a una manfestación en la Oficina de la Producaduría de la Mujer para llevar reclamos por la declaración de un estado de emergencia por la violecia de género en contra de la mujer. Nos encontramos en el CVS de la Avenida Luis Muños Rivera a eso de las 9:00 a.m., pero esperamos ahí un rato a otras compañeras. A eso de las 10:15 a.m. nos fuimos caminando hasta la Oficina de la Producaduría de la Mujer.
Una vez allí nos manifestamos y logramos entrar a la recepccion de la oficina, pero la recepcionista nos trancó la puerta y quedamos secuestradas dentro de la Procuraduría. Le pedimos que abrieramos la puerta, pero esta se negó.
Las compañeras tenían un liquido rojo compuesto por agua y colorante que tenía un propósito afuera de la oficina. Sin embargo, como no nos querían dejar salir, decidieron tirarlo por la recepción como protesta y estrategia para que nos soltaran. Cuando vieron el desastre nos dejaron salir para no seguir ensuciando.
Cuando salimos estuvimos una hora en la calle consigniando con una pancarta bastante grande que ilustraba los nombres de las victimas de violencia de género de este año y alguna que no se han resuelto sus casos. También teníamos una pancarta con la diversidad de cuerpos femeninos que estaban en la lista, incluyendo hombres y mujeres trans.
Una hora después una compañera dice que se tiene que ir, así que decido acompañarla para que no fuera sola ya que teniamos el carro en el mismo lugar. Dimos la vuelta por el Popular Center para evitar cruzar por la línea de los policías.
Cuando vamos subiendo nos encontramos con otras compañeras que también iban de camino a sus carro en el CVS luego de la culminación de la minestación. Como ya no estábamos en un espacio de manifestación íbamos caminando por la cera.
De momento nos percatamos que ocho policías en motoras nos estaban siguiendo hasta el CVS. Cuando llegamos, estos dieron la vuelta en el estacionamiento y se pararon en la calle [del estacionamiento] observándonos sin importar el tapón que formaran y en una obvia táctica de intimidación.
Todas comenzamos a gritarles que nos dejaran en paz y que era ilegal que nos siguieran y nos acosaran de esta manera. Cuando estos oficiales se fueron del estacionamiento pasaron entre nosotras de manera intimidantante y autoritaria.
Luego de que estos se fueran vimos en la carretera principal una guagua de la Policía con sirenas [biombos] pero sin logo ni nada para identificarla [como un vehículo oficial]. Era de color oscuro y solo tenía las lucecitas. Viró bien lento y cuando le empezamos a gritar que nos dejara de seguir aceleraró y se fue.
Cuando llegamos a nuestros respectivos vehículos encontraron multas de $75 por estacionarnos en un estacionamiento privado. “Ley #22” dice la mía, quien fue dada por el Sargento Fontanez. No obstante, nosotras consumimos en el CVS antes de ir a la manifestación. De 15 a 20 personas fueron multadas. Luego de esto cada cual se fue del CVS.
Esta fue mi primera vez en una manifestación, pero uno [ya] sabe qué esperar de la Policía en estas situaciones. Así que no estuve tan sorprendida. No obstante, sí me impactó el abuso que recibimos y el darme cuenta que la Policía es la heramienta represiva del Estado. Aunque vivamos en una democracia, la realidad es que el Estado se manifiesta en contra de aquellos que busquen retarlo o manifestarse en contra de él usando la Policía.

No, pienso que no. No me trataron bien porque sentí que quisieron intimidarme, darme miedo con su presencia, apesar de que no me dijeron nada. La actitud de los policías fue violenta y pienso que no me trataron adecuadamente y que la multa que me dieron fue injusta.

Sentí temor de que me fuesen a arrestarme injustamente. Sentí temor por las compañeras y compañeres, ya que algunes con nosotres eran mujeres trans y sentí que hubiesen podido de tratar de hacer algo por el contexto tan violento en que vivimos.