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Yo estaba en ese momento afuera, fue casi a las 11:00pm. En ese momento estaba preparando para proyectar un video musical frente al negocio. Veo un grupo grande de policías caminando en dirección hacia Loverbar. Pensé, “pasó algo por ahí, un tiroteo o algo”. Me doy cuenta de que están entrando al espacio y había una mujer representante que no tenía armas ni era Policía. Me dice, “estamos verificando permisos”.

Les llevo directamente a los permisos porque los tengo todos al día. Entran siete u ocho oficiales. Me pidieron el permiso único y certificado de comerciante. Ahí me dice, “llévame a la cocina”, y van todes. Eso no es espacio para tantas personas. Entraron tres o cuatro y unos más se quedaron afuera. Ahí ve que la cocina está limpia y cerrada, me explica que nuestro permiso indica que la cocina debe estar abierta en todo momento. Yo no sabía eso, la nevera no estaba enfriando bien así que cerramos un poquito temprano, una o dos horas antes de cerrar la barra. Había una de la Policía que me estaba explicando, estaba hablando mucho con sus manos, bien cerca a mi cara. Recuerdo backing-up, fue bien intimidante, y no me gusta que la gente se me acerque tanto.

Después de eso salimos a la barra, la multa era de $2,000 y es posible que se reduzca o se elimine, depende de la situación. Me dijeron que alguien hizo una querella contra nosotres. Firmé, se van, y yo salgo. Me doy cuenta que hay como diez policías afuera, o sea que mientras yo estaba adentro, ellos estaban bloqueando la entrada. Después de eso se fueron y ya.

Pero de los que entraron, muchos tenían armas largas y pistolas. No las sacaron pero estaban con las manos encima de las armas. Fue intimidante y traumatizante porque nunca había entrado alguien con armas a este espacio. No había necesidad de tener policías con armas. “Si es para un permiso, ¿por qué hay que tener armas?”, yo les pregunté. Me dijeron que es protocolo. Estaban en full gear, estaban bullet proof y había muchos sin placa. Yo padezco de panic disorder, así que me fijé en lo que podía, yo estaba bien nerviosa.

No hay necesidad de entrar ahí como si hubiese una guerra contra nosotres solo para conseguir unos permisos. Eso lo pueden verificar en sus oficinas. ¿Por qué tuvo que ser a esa hora con tantas personas y tantas armas? Eso es un show of power.

Ha sido super traumatizante, yo le tengo miedo a las armas y a la Policía por experiencias que yo he tenido en mi vida. Conozco cómo son en Puerto Rico y en el resto mundo, llevo 10 años aquí y les he visto en acción. Estaba asustada. Ha sido mucho trabajo emocional porque tengo empleades, un equipo que ha sido traumatizado. Como fundadora es mi responsabilidad asegurarme de que todes estén bien. Después de esto, la próxima noche tuvimos un problema con la Policía en Río Piedras. Fue algo fuera de lugar también, y esto lo documenté en Instagram, y estaba en vivo. Salimos del trabajo y había una patrulla estacionada en el medio de la carretera. Esperamos pero estaba en el medio, no había para dar hacia atrás, y tocamos bocina para ver si nos dejan pasar. Los policías se bajaron y vinieron a donde nosotras a darnos una multa. Tuvimos que esperar mucho tiempo, una multa no se puede leer y las otras dos fueron por cinturones, aunque los teníamos puestos. Fuimos al cuartel de Río Piedras para hablar con otra persona, para cuestionar las multas y el por qué nos trataron así. Ni ellos podían leer bien lo que estaba escrito en esas multas. No hicimos nada ilegal, solo les tocamos la bocina y nos multaron.

Dijeron que estaban verificando servicio, y las armas fue por protocolo.