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El pasado viernes 23 de julio estaba participando de la manifestación que tenemos en calle Los Almendros en Rincón para salvaguardar el área marítimo terrestre. Es una zona natural de hábitat de tortugas tanto tinglar como cayey. En conciencia de eso nos unimos a las protestas para salvaguardar el área.

Entre las 11:00am y la 1:00pm nos dicen que vienen camiones de cemento para seguir la construcción de la verja del condominio Sol y Playa así que nos dirigimos hacia la calle. Uno de los camiones entró por la lateral del condominio y corrió un gran grupo de manifestantes hacia allá. Viene un segundo camión y llega la Policía por el lado contrario y hace una línea en la calle. Tienen equipo de protección y de agresión, con macanas y rotenes.

Yo quedo frente al camión y le digo a los compañeros “vamos a quedarnos aquí ya que nos cerraron la entrada de playa”. La Policía hace línea frente a nosotros, a menos de un pie de distancia, hasta nos empujan hacia el camión. Uno de los policías me dijo “si sigues haciendo resistencia te voy a empujar”. Yo le contesté, “estoy ejerciendo mi derecho a desobediencia civil”. El policía se enoja y empieza a empujar. Le protesto, “usted me está empujando y yo estaba aquí parada primero que usted”. Los compañeros manifestantes nos tomamos de los brazos para que nadie, ni el camión, pasara. Ahí empiezan a empujar y un policía me espetó el extremo de su macana en el costado izquierdo, mientras otro policía me da con su rotén entre los nudillos y la muñeca. Todavia lo tengo hinchado, y me pega entre el hombro y el brazo, todavía tengo el moretón ahí.

No pudimos resistir más porque eran muchos y estaban empujando fuerte. Había una compañera con una menor, y vemos que los policías van con intenciones de darle. Fuimos a defenderla, a entreponernos, porque si le daban, con la actitud que tenían los policías, las iban a matar. La actitud de los policías fue de agresión sin necesidad. Estábamos ejerciendo nuestro derecho a la protesta pero vienen a agredir con actitud de “de aquí no sales hoy”, “te voy empujar”, “te voy dar”.

Un policía de más rango le dice al camión que se vaya y nos movemos al área lateral donde está la playa y hay compañeros en el piso acostados frente al otro camión para evitar su paso. Era un grupito de tres o cuatro personas en el suelo haciendo desobediencia civil, pero la Policía les rodearon. Yo vi unos policías golpeando con la punta de sus botas a una chica que conozco, ella estaba con los brazos cruzados en el pecho. Yo le digo al guardia que no la toque, que no la empuje, que ella está acostada, que tienen derecho a desobediencia civil.

En el revolú se acerca una menor, tiene 17 años, y un policía con la macana la empuja por el pecho. “¡No la vuelvas a tocar!”, le grito del coraje porque están agrediendo jóvenes, personas que están ejerciendo su derecho a la protesta. Se me ríe en la cara y dice, “para qué traen menores a esto si saben que les vamos a caer a macanazos”.

Poco después ese camión se fue, la Policía le bajó, y se fueron.

No, no fue un tratamiento adecuado porque ninguno de nosotros estábamos haciendo violencia, pero la primera intención de la Policía fue la violencia.

Yo me siento bien porque desde siempre he participado de las luchas justas y sé que la Policía siempre trata así a la gente. La Policía para nada es aliada del pueblo, tienen un comportamiento hostil ante gente que le exige al gobierno y que le hace reclamos a autoridades. Es indignante, se supone que su servicio es protección al pueblo. Me afecta que cuando un individuo se viste de Policía y se pone ese armamento para agresión, que tenga esa actitud de que no le importe si lastima niños o mujeres o de que no le importe si le pega con una macana a un muchacho que tal vez es un estudiante. Ellos no tienen consideración ni amor por los demás y eso es bien preocupante. Como madre me indigna y me preocupa de sobremanera porque yo crié una hija con conciencia, y cuando le toque manifestarse, su mayor opresor será quien se supone que la proteja.

Amenazaron mucho. Que si me van a dar, que si me van a arrestar, y uno me dijo “de aquí no vas a salir si no es para el hospital o para la carcel”.

Querella administrativa