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El lunes [8 de noviembre de 2021] los estudiantes de la UPR de Río Piedras convocaron una marcha desde la Universidad hasta el Tribunal Federal en Hato Rey. Como a las 11:00 a.m. llegaron al tribunal, donde estuve documentando la manifestación para la página “Jornada: Se acabaron las promesas”.

Los oficiales de la Policía de Puerto Rico formaron el perímetro que protegía a cinco oficiales federales [del Departamento de] Homeland Security y tres de la compañía de seguridad privada que da servicio en el Tribunal Federal llamada Triple Canopy. Los oficiales federales no tenían identificación por ningún lado y uno de ellos, con su teléfono personal, estuvo apuntando en todo momento a la manifestación. Mientras tanto, los estudiantes hicieron un perímetro para que los manifestantes pudieran poner una pancarta en la verja del Tribunal Federal. Ya yo sabía que los oficiales de seguridad tenían problemas con que se pusieran cosas en la verja, así que cuando los manifestantes empezaron a colgar la pancarta saqué mi cámara y fui allá para grabar. Ahí empezó el encontronazo.

Cuando esto ocurre cuatro oficiales federales y uno de los guardias de seguridad cruzan el perímetro que ellos mismos establecieron, cruzan el perímetro de los estudiantes y comienzan a amedrentar e intervenir con nosotros. De los cuatro oficiales federales, dos de ellos se adentraron en la multitud, uno de ellos tenía un tipo de arma larga.

Nunca hablaron conmigo ni me dijeron por qué intervieron. Tampoco hubo una advertencia de que utilizarían fuerza física, ni nos ordenaron a retirarnos. El único intercambio que tuve fue con uno de los oficiales federales que, cuando fui a grabarlo, vino directamente a donde mí y me gritó “back off, back off!”. Yo pude entenderlo, pero hay personas que no hablan inglés y no las tomaron en consideración. Esa idea de que por ser un país colonizado por Estados Unidos todos saben inglés no es real.

Los estudiantes siguieron colgando la pancarta mientras que la gente le gritaba a los oficiales que cruzaron el perímetro. Cuando encontraron el espacio de la verja, el guardia de seguridad y los cuatro oficiales federales hicieron un perímetro entre los estudiantes y las personas manifestantes que estaban resguardando la pancarta. Me paro entre medio de la pancarta y los oficiales para grabar porque es mi trabajo y estaban intentando agredir compañeros.

Cuando se hizo el reclamo de que solo era una pancarta y que nadie estaba cometiendo delito alguno, me agredieron. Mientras le daba la espalda a los oficiales para grabar a los manifestantes, el oficial de seguridad del Tribunal presente me agarró por el bulto, me empujó por mi brazo con un rotén y me tiró al piso. Yo no tenía ningún arma, mi única arma era mi cámara. Fue todo sin advertencia, bien inesperado. Me quedé en shock porque se supone que hagan advertencias antes de usar fuerza, pero no se hizo ninguna.

Luego de eso uno de los oficiales federales agredió a un compañero. Le ocasionó una herida abierta en el ojo y le lastimó un dedo. El oficial le amenazó con arrestarlo porque supuestamente el manifestante le había agredido, pero yo no vi agresión. Estaba amenazando con arrestar. Considero que fue una amenaza para todos los manifestantes. Me sentí en peligro de que me arrestaran sin haber hecho nada.

Después los oficiales se retiraron y volvieron a entrar al Tribunal, pero al área verde que queda por la parte interior de la verja donde estaba puesta la pancarta. Ahí empezaron a intentar cortar la pancarta desde adentro. Esta pancarta estaba puesta con tape wrap y se iba a remover cuando se acabara la manifestación, por lo que no representaba daño a la propiedad. Como los estudiantes no permitieron que uno de los oficiales federales quitara la pancarta, vino otro oficial federal y empezó a amenazarlos con su arma larga. Yo estaba en un extremo de la pancarta y eso pasó al otro extremo de la misma. El oficial se acerca a mi extremo, las personas presentes evitaban que ellos cortaran la soga y tape wrap de la pancarta, y si lo hacía, volvían y lo ponían.

Ahí vino el mismo oficial con el arma larga y se paró detrás de él. Un manifestante le gritó palabras soeces, el oficial se molestó y detonó dos veces el arma que tenía. Yo pensaba que era un arma de balas de goma, pero cuando el disparo salió yo no vi balas de goma, sino bolitas que se desintegraron. Olía a gas lacrimógeno, empecé a toser y a quedarme sin respiración y concluí que fue gas lo le tiraron a los manifestantes.

Después de causar este caos los oficiales federales se retiraron y se pararon tras fila de oficiales estatales, quienes le estaban dando seguridad privada. Desde allá empezaron a burlarse de los manifestantes por lo ocurrido.

No. No vi la necesidad de usar un equipo antimotines para unas personas que estaban ejerciendo todo su derecho a la libertad de expresión. Colocar una pancarta no atenta contra la seguridad de nadie. No se estaba atentando contra la propiedad, no se estaba agrediendo a nadie. La manifestación fue totalmente pacífica. La provocación vino totalmente de los agentes porque una vez se anunció que se iba a poner una pancarta, ellos salieron corriendo de detrás del perímetro de la Policía para intimidar, amenazar y agredir manifestantes con todo lo que el Estado provee para oprimir y agredir al pueblo.

Miedo no tenía. Yo caí al piso cuando me empujaron, pero según me caí así me levanté. Me dio mucho coraje porque no había necesidad de poner en peligro con tanta violencia a gente que iba a manifestarse. Me da coraje porque esto está avalado por el gobierno y por el Estado. Es lamentable que por una pancarta, porque ellos se creen dueños de este pedazo de tierra que es de nosotros, nos ataquen y nos violenten de esa manera.