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Mi vecino solicitó una orden de protección en mi contra por llamarle a la Policía. Desde hace años se pasa acosándome a mí y a mi mamá de 84 años con sus drones, metiéndolos en mi propiedad y dentro de la marquesina y ya me he querellado en el pasado. Por eso llamé a la Policía.

Nos citaron al Tribunal para el 26 de enero [de 2024]. Ese día la Policía me escoltó desde mi casa al Tribunal. No le dio la orden de protección por falta de evidencia, pero al día siguiente la Policía llegó a mi casa haciendo un escándalo. Le tuve que pedir [a los policías] que bajaran la voz, pero siguieron vociferando y anunciando a toda voz que se está imponiendo una orden de protección ex parte en mi contra y a favor de mi vecino.

Nos volvieron a citar al Tribunal el 1ro de febrero [de 2024] y esta vez, sin evidencia y sin razones, le otorgaron una orden de protección de tres años. Salí devastada del Tribunal. Mi abogado no quería ir a reconsideración, aún con varios anejos y evidencia de perjurio. No me defendió.

Entonces, decidí hacer las gestiones por derecho propio y apelar la decisión. Cuando uno apela, por ley, tienes que enviar copia de la certificación de la moción a la otra parte [al vecino]. Como el vecino fue al proceso sin abogado, se la envié directamente a su dirección postal el 14 de febrero [de 2024].

A eso de las 8:50 a.m. del 20 de febrero [de 2024] agentes de la Policía municipal de Las Piedras llegaron a mi casa con un despliegue policiaco de patrullas fuera de mi casa digno de una intervención criminal. Entraron seis oficiales a mi casa. Pasé una vergüenza con los vecinos.

Principalmente intervino la agente Elizabeth Morales y el sargento Víctor R Ortiz Merced. La agente Morales me dijo: “Crucie Morales, está arrestada porque le envió copia apelando la orden de protección”. Le expliqué que es un requisito de ley para la apelación de la orden de protección. Aún así me esposaron frente a mi mamá. Ella estaba llorando, no tenemos más familia y soy su única cuidadora. El sargento Ortíz Merced fue quien ordenó mi arresto y la agente Morales quien me puso las esposas. Morales le dijo a Ortiz Merced que me arrestara sin las esposas, pero él no quiso. Tuvieron que llamar a servicios sociales para que alguien se quedara con mi mamá.

En vez de llevarme al cuartel de Las Piedras los policías municipales me llevaron al de la Policía estatal en Naguabo. Estuve allí todo el día arrestada. No me dieron comida ni agua ni me dejaron ir al baño. Me tuvieron esposada todo el día con las manos en la espalda. Le supliqué a la agente Morales que me las quitara porque me dolían las muñecas, pero lo único que me decía era “no te muevas”.

En la tarde llegaron dos oficiales de la Policía municipal de Las Piedras. Con actitud, me dijeron que teníamos que irnos. Les pregunté a dónde me llevaban, pero nunca me quisieron decir. No fue hasta que llegamos al Tribunal Municipal de Humacao que me enteré que tenía una vista de Regla 6 a las 5:00 p.m. Cuando entré al Tribunal me encontré con mi nuevo abogado, y el fiador. Mi abogado pidió que me quitaran las esposas, pero le dijeron que no.

Mi abogado me informó que se me imputaron dos delitos graves por violar dos orden de protección: una de mi vecino y otra de su esposa. Le expliqué al abogado que todo lo que hice fue enviarle una certificación de la moción para la apelación de la orden de protección. Él me preguntó “pero ¿qué haces aquí, si estabas cumpliendo con la ley?”.

Me llevaron a entrevistarme en una oficina del Tribunal y cuando una empleada del Tribunal me vio le pidió al sargento Ortíz Garced que si podía por lo menos ponerme las esposas al frente [del cuerpo]. Eran como las 4:30 p.m. y las llevaba puesta desde las 8:30 a.m. Ahí fue que por fín me cambiaron las esposas.

En el Tribunal me metieron en una celda con hombres a esperar por la vista. Dieron las 5:00 p.m. y no se dio la vista. Luego me dijeron que la vista sería por Zoom [virtual] a las 6:00 p.m. Sin decirme me llevan al cuartel de la Policía Municipal de Las Piedras para celebrar la visita allá. Allí me metieron en una celda asquerosa con cucarachas e insectos. Nada de higiene.

Mientras esperaba los policías me decían cosas como “para allá vas, para que te fiches”. Los policías estaban seguros que me iban a fichar. Ya ellos tenían un libreto de lo que iban a decir en mi contra durante la vista.

Debido a problemas técnicos, estuve esperando ahí por la vista hasta las 9:00 p.m. Cuando comenzó la vista virtual había un grupo grande de agentes municipales viendo mi vista virtual en Las Piedras. La jueza le pregunta a la agente Elizabeth Morales por qué [yo] estaba ahí. Ella le contesta que mi vecino tiene una orden de protección en mi contra, que él encontró un sobre en su correo de mi parte y que por eso temió por su vida. Luego, la jueza le pregunta qué había en el sobre y la agente Morales dice que tenía “una orden para que se cancelara la orden de protección”.

Ahí mi abogado explica que se trataba de un sobre con la certificación de la moción de reconsideración [a la orden de protección] con fotos de anejo. También resultó que la fiscalía no fue consultada cuando emitieron mi arresto. Ahí mismo la jueza no me encontró causa y llamó el caso como “un espectáculo”. Me dejaron ir después de ser arrestada por doce horas sin razón. De ahí me fui caminando desde el cuartel hasta mi casa.

El 23 de febrero [de 2024] la agente Elizabeth Morales volvió a mi casa haciendo otro escándalo para citarme al Tribunal porque mi vecino se fue en alzada. Le pedí de favor que, de tener algo para mí, que me llamen y que yo lo busco en el cuartel porque mi mamá se pone mala cada vez que llega la Policía y se puede morir de un susto. Ellos afectaron mucho a mi mamá con el primer arresto.

Fuimos al Tribunal el día 12 de marzo [de 2024]. Esto fue una pesadilla. Estaba temblando. Comencé a sangrar por la nariz. Mi sistema colapsó. El fiscal me dio una mirada que me dio a entender que estaba a mi favor y que estaba claro que la Policía estaba equivocada. Por lo menos eso me tranquilizó.

El juez se mostró a favor mío y tomó la oportunidad de explicarle al fiscal y a la Policía cómo funciona una orden de protección y que lo que hice fue parte del proceso legal. Una expresión del juez fue: “¿Traer esto a lo criminal?… Yo no sé qué hace esto aquí”. El Tribunal encontró no causa.

Llevo años teniendo problemas con mi vecino y la Policía no ha sido proactiva. La primera querella que hice fue en el 2011 por intentar cortar unos palos y meterse por mi patio sin mi autorización a construir una terraza en su patio sin los debidos permisos. Hice la querella en ARPE (Administración de Reglamentos y Permisos, ahora la Oficina de Gerencia y Permiso) y le tumbaron el proyecto. Esto comenzó los problemas. Continuó construyendo fuera de las regulaciones, metía sus mascotas a mi patio para que hicieran sus necesidades y me acosaba en mi propia casa gritándome palabras soeces.

En febrero de 2021 se metió a mi marquesina con una grúa para meter un generador 15K a su terraza a través de mi propiedad. Ahí llamé a la Policía llorando. Estuve llorando desconsoladamente y en ese momento dije que me quería suicidar. No podía más y todavía no había comenzado lo peor. La Policía me dio el número de querella, pero el agente no hizo la descripción de lo que le narré. El 19 de febrero de 2021 voy al Tribunal y me dan la primera orden de protección ex parte, pero cuando vamos a la vista el juez no permitió que mi abogado mencionara cosas que no estuviesen escritas en la querella. Por esto no me dan la orden de protección.

Otra cuestión constante son los drones. Mi vecino vuela drones y se pasa metiéndolos en mi propiedad y la marquesina de mi casa. Estos producen un ruido intenso. Traté de hacer querella con la agente Luz Enid González, pero no la quizo hacer porque yo estaba “demente porque no habían drones”. En otro intento de querella, el agente Alexis Espinosa también se negó y me dijo que solo eran insectos.

Tomé fotos de los drones y el 8 de octubre de 2021 presenté la evidencia con una solicitud de orden de protección. El mismo juez que me la negó originalmente me otorgó la orden de protección durante un año. Aún así, el vecino continuó volando los drones en mi casa en violación a la orden. El 23 de octubre de 2021 fui al cuartel para que fuera a orientarlo sobre la orden de protección, pero la Policía no hizo nada y siguió volando sus drones en mi casa y violando la orden de protección.

Luego, el 28 de octubre 2021, recibí una demanda por persecución maliciosa por llamarle a la Policía por violar la orden de protección en su contra. Yo lo contrademandé. No tengo necesidad de mentir, ni quiero sufrir. El hombre es un acosador y es la Policía la que la tiene en mi contra.

Los mismos agentes que lo protegieron por los drones, Alexis Espinosa y Luz Enid González, fueron al Departamento de la Familia e hicieron dos querellas solicitando urgentemente una intervención en mi contra alegando que estaba “mal de la mente” y que tenía a mi mamá confinada. La trabajadora social que intervino con el caso me dijo inmediatamente que estarían archivando las dos querellas en mi contra y que no me quitara porque estoy diciendo la verdad. En junio de 2023 radiqué dos querellas administrativas en contra de los agentes Alexis Espinosa y Elizabeth González por difamación.

En enero de 2023 llamé llorando al FBI porque tenía unos vehículos siguiendome. Me dijeron que tenía que llamar a la Policía, pero les dije que los agentes no me hacen caso y que se burlan de mí. Como el vecino continuó acechando a mi familia y a otros vecinos, fuimos al FBI en San Juan en marzo. Les expliqué lo que estaba pasando y les pedí que por favor que hicieran algo porque no podía más. El FBI me dijo que sacara mejores fotografías del drone y que les trajera los número de querellas para poder investigar. También me adelantaron que no sabían si les daban jurisdicción. Me tienen en ese baile constante de la “jurisdicción”.

En febrero [de 2023] estos videos se vieron en la fiscalía, pero no atendieron el caso. Me dijeron que, si quería, podía hablar con la Fiscal de Distrito para apelar. A donde el la Fiscal de Distrito y, después de traerle la situación, me dijo que me va a asignar esta fiscal Melissa Díaz.

En marzo de 2023, Díaz me citó para abril. Cuando fui y comencé a contarle todo lo que ha pasado la fiscal me llamó “chota”. Le dije: “De aquí a diez años ustedes verán que estoy diciendo la verdad”. Me iba a morir de miedo y de vergüenza. Por esa palabra matan a la gente en la calle. Me fui de allí.

Temo por la vida de mi mamá. La presencia de los policías puede ocasionar un colapso en su corazón. También temo por mi vida. Esto me está afectando emocionalmente. He desarrollado asma y problemas de ansiedad y depresión. Incluso, tuve que dejar de trabajar porque tengo una licencia [profesional] activa que proteger.

Estoy bregando con un psicópata y la policía no sabe lo que es esa palabra. Le he mostrado casos de psicópatas y no me creen. El hombre siempre tiene una mariconera (cartera) que parece que tiene un arma. Eso se llama acecho vecinal. Mi vecino es un hombre rico y el abogado que tiene es uno muy poderoso en el pueblo. No lo arrestaron, ni le hicieron el show cuando yo le puse la orden de protección en su contra o cuando la violaba, pero sí me lo hicieron a mí.

Soy la víctima y estoy diciendo la verdad. La policía me ha faltado el respeto y he recibido ataques de machismo y abuso de poder. Este país es macondo. Cuando uno es pequeño lo castigan por decir mentiras, cuando uno es grande lo premian por ocultar la verdad.

No. Ellos no se orientaron sobre los procedimientos y el arresto fue un abuso. No me dieron la oportunidad de aclarar la situación correctamente.

Me siento violada, ultrajada, humillada, maltratada y dejada. Si no fuera por mi mamá, que es lo que me sostiene, no sé qué pasaría conmigo. Uno no puede más.

La agente Morales me dijo: “Crucie Morales, está arrestada porque le envío copia apelando la orden de protección”.