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El 14 abril estábamos en nuestro hogar, arreglándonos para salir a San Juan a comer en celebración de mi cumpleaños cuando mi esposo se percata por las cámaras de la casa que hay muchos policías y una ambulancia afuera. Ellos [los policías] entran al patio de mi casa. No sabemos qué está pasando. Mi esposo decide bajar [al primer piso] y yo me quedo arriba haciendo mis cosas. Espero un rato y decido bajar cuando veo que mi esposo está rodeado de muchos policías y dos de ellos bien cerca de él. Le escucho hablando sobre sus herramientas como también sobre su experiencia vivida en el 2018 con la Policía [vea entrevista 74962].

Había una mujer policía más retirada [del esposo] y ella me llama y comenzamos a hablar frente a mi casa. Mi esposo estaba atrás en el taller con los policías Ella me informa que tiene una orden pero no me especifica cuál. “Necesito que me enseñes a los nenes”, la policía me dice. “¿Por qué?”, le pregunto. “Es una orden del tribunal”, me explica. Ahí escucho a mi esposo gritar mi nombre; trato de ir a donde él pero la mujer policía se me para al frente y me impide ir a donde él. Ella me agarra y hay un forcejeo, me detiene ahí.

Siguió insistiendo que le tengo que enseñar a los nenes y le dije que está bien, no hay problema. Llamo a las nenas grandes porque mi nene estaba dormido en la cuna, y le digo [a la agente] que tiene un leve catarro. Aún así insiste en ver a todos mis niños. Voy y busco a mi niño y les presento.

Entonces me pide entregar el arma de fuego de mi esposo y le digo que lo que quiero ver es qué está pasando con él pero ella [la policía] insiste en ver el arma. Vuelvo a subir [al segundo piso] y entro a mi cuarto para buscar el arma, y cuando salgo hay cinco policías en mi sala, sin ninguna invitación. Ellos entraron y yo en ningún momento le dije “suban”. Ellos subieron como si nada, sin ninguna orden, sin nada. No me dijeron, simplemente entraron. Les entrego el arma, ya que en todo momento estoy pensando qué está pasando con mi esposo, y bajo para verlo. Tengo entendido que ellos descargaron el arma ahí mismo en la sala de mi casa. Le preguntaron a las nenas cómo estaban pero ellas se quedaron calladas, ellas no sabían lo que estaba pasando, estaban asustadas.

Cuando bajo veo a mi esposo arrestado y montado en una ambulancia. Me informan que va para el hospital Pavía. Subo descontrolada a mi casa, no sabía qué estaba pasando y no sabía qué hacer. Lo que hice fue vestí a las nenas, al nene, y arranqué para allá [para el hospital]. Seguía sin saber la razón por la cual mi esposo estaba allá.

Cuando llego, me informan que mi esposo está con una doctora. Me dejaron entrar y le explico a la doctora que él no tiene por qué estar aquí, y que no sé qué está pasando. Miro a mi esposo y noto que está un poco desorientado. Luego, al ser dado de alta, me explica que le dieron inyecciones y no sabe de qué. La doctora nos explica que él estaba ahí por la ley 408 y se tenía que quedar obligatoriamente. Nunca había pasado por esto, no sé qué es una 408. La Policía nunca nos informó que la orden era una 408, nos enteramos en el hospital.

Salí del Pavía ya que no podía hacer nada. Él estuvo varios días ahí. Cuando fue dado de alta fuimos directamente al FBI y luego fuimos al tribunal para ver si había una orden contra él pero no había ninguna bajo su nombre.

Quiero añadir también que ese día teníamos un bulto con dinero y prendas en la barra de mi hogar y eso desapareció. Ellos [la policía] fueron los únicos que entraron ahí ese día.

No, no se nos trató adecuadamente porque ellos hicieron algo ilegal. La manera que me trataron a mi fue algo increíble. Aparte de todo, [la orden] estaba a nombre de otra persona, no me dejaban verlo [mi esposo], más todos los policías encima de mi esposo. Ellos cometieron un abuso..

Bien frustrada y desesperada. No puedo creerlo, no puedo quitarme de mi cabeza a todos los policías que estaban ahí. Ese momento que la mujer policía me agarró y no me dejó ver a mi esposo fue horrible. No lo puedo creer, en verdad. No sé por qué razón ella no me dejaba ver a mi esposo.

Alegada negligencia en el desempeño