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El 11 de octubre [de 2022] mis amistades y yo estábamos en las calles aledañas al Paseo de Diego, cerca de la plaza del mercado de Río Piedras con unas amistades cuando de momento unos oficiales de la Policía Municipal de San Juan intervinieron con nosotros. Al principio solo fue una patrulla, pero luego llegaron cuatro patrullas más, con dos a tres policías en cada una. Eran como 8 a 10 policías, como si hubiesen cogido a un bichote.

De la primera patrulla se bajó un oficial y luego una oficial [mujer]. El primer policía se bajó alterado y con la pistola en mano, apuntándome a mi rostro y exigiendo que soltáramos lo que teníamos en las manos, que sacáramos todo lo que teníamos en los bolsillos y que nos pusiéramos en contra de la pared. Nos mantuvieron ahí en posiciones incómodas, sin poder movernos ni hacer nada. El policía le dijo a su compañera que nos apuntara con su pistola de taser y que, de nosotros hacer cualquier movimiento, nos disparara.

Luego empezó hacernos preguntas sobre de dónde éramos, si andábamos en vehículos y si sabíamos que cometíamos un delito. Todo esto en una manera y un tono agresivo. Cuando comenzó a amenazarnos con la cárcel uno de mis amigos le dijo que no podía hacer eso y habló sobre nuestros derechos bajo la ley. Al ver que teníamos conocimiento, el guardia se tranquilizó y le bajó a su actitud.

Luego de eso procedió a cogernos la información y a arrestarnos. Nos llevaron al cuartel de la Policía Municipal en Río Piedras, pero no nos montaron en la patrulla. Nos hicieron caminar desde el lugar de los hechos hasta el cuartel con dos patrullas escoltándonos, con una al frente y otra atrás. Nos tuvieron allí hasta que hicieron la supuesta orden de citación que nunca nos dieron.

No, porque no creo que hice algo que amerita ese tipo de comportamiento de parte del oficial. Por más entrenamiento que tenga, no se debe resolver de esta manera. Creo que deben saber escoger en qué momento utilizar este tipo de fuerza. Se le pudo zafar un tiro por algo estúpido.

Además de eso, el mantenernos en una posición incómoda contra la pared y el hacernos caminar hasta el cuartel cuando estábamos vulnerables fue un abuso de poder. Es como si se aprovechan de la situación para jodernos y abusar. Ese tipo de comportamiento fue malo. Creo que todo se pudo trabajar de una manera distinta. Como te dije, no somos criminales ni estábamos haciendo algo malo.

Me sentí discriminado.

Las acciones que hizo las considero una amenaza. Desde que se bajó me estaba apuntando con pistola, nos amenazó con cárcel y nos puso en contra de la pared fueron amenazas agresivas. Este comportamiento fue una amenaza para mí.