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Soy dueño de uno de los negocios [de bebidas alcohólicas] en la Avenida Hostos en Ponce. Desde el comienzo de la pandemia [del covid-19], la Policía de Puerto Rico se pasa espantando a nuestros clientes. Dos horas antes de abrir, la Policía intervenía en mi negocio todos los días durante la pandemia para ver si tenía los permisos al día. No con una o dos, sino que intervenían con veintipico patrullas, como si hubiese pasado un evento y todo el cuartel de la Policía estatal estuviese ahí. En estas intervenciones también me acusaban de no seguir la orden ejecutiva [por covid-19], alegando que me estaba excediendo de la capacidad de personas en el negocio. Tengo veintitrés cámaras en mi negocio que evidencian que siempre estuve en ley con la cantidad de personas [establecida].

Todos los días, de 8:30 p.m. en adelante, la Policía le da boletos a los vehículos estacionados en la avenida por “obstruir el tránsito”, estacionarse “en contra de tránsito” o estacionarse “en línea amarilla”. Siempre dan boletos de noche y nunca de día. Según tengo entendido, se supone que las líneas en la avenida no sean amarillas, sino blancas. Al parecer, la mayoría de las calles en Ponce las pintaron amarillas [aún siendo blancas], pero como quiera siguen dando boletos.

[De igual manera,] se pasan cerrando la avenida a eso de las 12:00 a.m. al poner una patrulla en el mismo medio de la avenida cuando normalmente cerramos a las 2:00 a.m.. Esto cierra el tránsito y le prohíbe a la gente buscar sus vehículos. Nunca dan razón para llevar a cabo la intervención. Solo dicen que la calle está cerrada. Si alguien que tiene una mariconera o cartera que va caminando hacia mi negocio los policías se bajan de sus patrullas e intervienen con ellos, gritándoles “¡¿qué tienes ahí?! ¡Abre la cartera!”. Todo esto como si fuesen delincuentes.

Ya mis clientes ven esto y dicen “mira, vámonos de aquí, que la policía nos tiene al palo”. Me obligan a cerrar el negocio. Muchos comerciantes están molestos. Han habido demasiadas bajas [cierres] de negocios en la Avenida por la Policía.

Conozco a algunos de los oficiales porque he tenido malos ratos con ellos. Me han amenazado con arrestar por “obstrucción”. He hablado con guardias, tenientes, capitanes y sargentos de la Policía y muchos me dan la razón y me dicen que los jefes les ordenan que vayan de noche a dar boletos a la avenida [Hosto]. Hay otros policías que me dicen que “la ley es ley”, pero es que la ley está las veinticuatros horas al día y la Policía solo da boletos durante la noche.

No, porque es un problema que no solucionan. Son ellos mismos [los policías] quienes lo causan. La Policía puede negociar con nosotros u orientarnos, pero vienen y siguen dando boletos. La Policía Municipal no hace esto. Son los oficiales estatales que están ahí. [Una persona] puede matar a alguien y no pasa nada [la Policía no va a responder] porque todos están aquí.

La presión y el estrés son demasiados. Uno puede tener un buen día y estar tranquilo y ellos llegan a dañarte el día. Ellos mismos nos están destruyendo los negocios.

Que me van arrestar por obstrucción. Tienes que cerrar el negocio.