Ver casos

En la noche del sábado, 27 de agosto [de 2022] cubrí la manifestación como periodista independiente en la Calle Fortaleza del Viejo San Juan exigiendo la cancelación del contrato de LUMA [Energy]. Había, por lo menos, ochenta oficiales de la Unidad de Operaciones Tácticas de la Policía de Puerto Rico. Noté que solo algunos agentes tenían su número de placa visible, pero como estan todos de negro no se veían bien. El visor plástico cubría sus números de placa marcados en sus cascos.

A eso de las 10:00 p.m. un menor de edad [de dieciséis años] se manifestaba frente de la valla [al lado del perímetro de la Policía] y cuando fue a brincar para el otro lado agentes de la Policía se acercaron y comenzaron a jalarlo [por las piernas] para arrestarlo mientras él se agarraba de la valla. Otros manifestantes comenzaron a jalar al joven por los brazos para cruzarlo de vuelta a la manifestación, pero ahí uno de los policías sacó gas pimienta de su correa y roció a la multitud [que lo auxiliaba]. Primero roció el lado izquierdo de la multitud y luego el lado derecho, donde yo me encontraba. Los manifestantes soltaron al joven y la Policía lo arrestó.

Por la adrenalina del momento, no me di cuenta que me echaron gas pimienta ni sentí el ardor hasta par de minutos después. El oficial me roció la parte izquierda de mi cuerpo y cara, quemándome bien brutal en la piel. La Policía nunca procuró tratamiento médico.

Luego del arresto la Policía advirtió por su altoparlante un primer aviso ordenando la dispensación de la manifestación y, de no hacerlo, utilizarían fuerza física. Ellos tienen el poder de lanzar gases, así que, por naturaleza, la policía usó un tono amenazante. Luego del segundo aviso los oficiales salieron y dispersaron a la multitud usando gas pimienta. La gente se dispersó, pero la manifestación continuó.

Más tarde en la noche, como a eso de las 11:40 p.m., un manifestante hizo una cortina de humo chillando las gomas de su carro [frente al perímetro de la Policía]. Estaba en medio de la cortina de humo cuando la Policía tiró gases lacrimógenos frente a la barricada y los oficiales salieron por la parte izquierda de las vallas y los drones anaranjados [del perímetro]. Dos diferentes oficiales me apuntaron con un rifle de perdigones desde unos veinte a veinticinco pies de distancia. En ambas ocasiones grité que era prensa para que no me dispararon.

La Unidad Táctica siguió por Calle Fortaleza hasta llegar a la intersección de la Calle San José donde formó una barricada. Intenté grabar los números de placa de los policías en fila, pero cuando me acerqué a un policía, otro en la fila me ordenó “¡No te acerques más!”. Me sentí amenazado porque me pregunté qué pasaría si me seguía acercando.

Los agentes estuvieron parados en esta intersección hasta las 12:30 a.m., que fue cuando volvieron al perímetro en Calle fortaleza.

Luego de la manifestación verifiqué las fotos y videos que tomé en la manifestación e identifiqué el oficial que roció la multitud como el mismo oficial con número de placa 83554 que me llenó la cara de gas pimienta el pasado jueves [25 de agosto de 2022]. Mi compañero periodista, Juan Costa, también lo identificó como el oficial que le empujó y agredió en su video ese mismo jueves [25 de agosto de 2022]. Fue el mismo oficial que nos agredió, pero aún seguía en las manifestaciones [ejerciendo uso de fuerza].

No. Atacar a la prensa va en contra de [la Orden General 625 de la Policía de Puerto Rico], que establece que periodistas y medios de comunicación no serán señalados ni dispersados para respetar el derecho de la prensa de reportar y documentar. El rociarme con gas pimienta pepper spray y decirme que me aleje fue en una violación de ese reglamento por la Policía.

Me sentí molesto. Es la única emoción que siento en situaciones así.

La Policía advirtió por un altoparlante un primer aviso ordenando la dispensación de la manifestación y, si no lo hacíamos, utilizarían fuerza física. La Policía usó un tono amenazante.