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Llevo treinta años encargada de una tienda distribuidora de alimentos del programa WIC (Women Infants and Children) en la Urbanización Pérez de Utuado. Nunca había tenido ningún problema con mis vecinos hasta que el agente Eric Matos [de la Policía de Puerto Rico en Utuado] se mudó a una casa al lado de mi establecimiento. He tenido varias situaciones con el Sr. Matos que comenzaron el día antes del Huracán María [19 de septiembre de 2017] hace cinco años.

Ese día, a eso de las 9:30 a.m. vi al Sr. Matos uniformado en frente a mi tienda pretendiendo darle un boleto a clienta con un bebé porque estaba frente a su casa estacionada. Cuando le pregunté qué estaba haciendo me dijo, sin levantar la mirada: “¿tú no ves que ella está estacionada frente a una casa?”. Cuando solía venir a mi negocio a comprar, el Sr. Matos me dijo una vez que “el que se pare frente a mi casa le meto un boleto”.

En ese momento intervine porque esa intervención era inhumana. Estábamos ante una emergencia y un momento tan desesperante como fue el huracán María y él se atrevió a meterse con una muchacha con un niño en sus brazos. Un policía debe dar protección en un momento así, no multar.

Le dije al Sr. Matos: “¿En serio vas a darle un ticket a una clienta buscando comida para su niño? No está tapando tu entrada. Estamos en una emergencia. Esto es una falta de respeto. Si quieres dar multa debes traer una persona de alto rango porque este es tu hogar”.

El Sr. Matos se me quedó mirando, metió su libreta de boletos en la motora y se fue sin darle la multa a la muchacha. Desde ahí empezó el infierno que estoy viviendo con este hombre.
El Sr. Matos nunca me volvió a hablar, pero desde la ventana de su casa gritaba hacia el almacén de mí negocio cantando canciones y diciéndome palabras soeces. También estuvo un tiempo poniendo su carro frente a mi negocio, bloqueando la entrada de mis proveedores. No hay necesidad de ponerme el carro en el mismo medio y bloquear el servicio. Llamé a la Policía para denunciar lo que pasaba y un guardia me dijo que su casa no tiene línea amarilla y que no podían hacer nada.

A mi negocio ha venido la Policía en dos ocasiones con denuncias por alteración a la paz, pero quedaron en nada. Hace dos años llegó un alguacil con una querella del Sr. Matos alegando que yo fumaba dentro de mi negocio y que el humo entraba a su casa y le hacía daño. ¿Cómo voy a estar fumando en un establecimiento para mujeres embarazadas y bebés?

Fui al tribunal y me defendí ante la jueza. Ahí el Sr. Matos me acusó de difamación por una publicación de Facebook. En una ocasión hace años compartí en Facebook una foto de policías y bomberos uniformados que decía “cuando uno se ponga el uniforme uno debe de hacerlo con respeto”. El Sr. Matos me comentó la publicación insultándome y diciendo que sus compañeros [policías] no sabían hacer su trabajo porque la denuncia que había radicado se había caído. Una policía de Utuado me defendió en la publicación y él le dijo: “¿no se abochorna? Usted es compañero y no puede estar en contra mía. Estos policías no sirven”.

La jueza le dijo a Matos que en ningún momento en ese post mencionó su nombre, que antes de él comprar esa casa mi negocio llevaba ahí años y que él es policía las veinticuatro horas y tiene que tener cuidado con la ciudadanía.

La última vez que vino la Policía a mi negocio, ellos me encontraron con la cara y los ojos colorados por el coraje luego de discutir con él por la ventana. Cuando le comenté todo lo que estaba pasando el sargento de apellido Rodríguez me pidió disculpas a nombre de la Policía de Utuado y me dijo: “Yo me avergüenzo, a él lo voy a halar”.

El sargento Rodríguez fue a la casa de Matos, pero él se escondió. Tengo un contacto que me confirmó que lo regañaron y le prohibieron intervenir y buscar problemas. Luego de esto no me volvió a molestar por un tiempo, pero como ya no puede intervenir conmigo, ha cogido de detener e intervenir a mi hija paulatinamente y ella ha tenido que ir dos veces a los tribunales por el Sr. Matos.

Un día, luego de perder en el tribunal una de sus denuncias en mi contra, el Sr. Matos intervino con mi hija y una amiga que le iba a cuidar a sus nenas. Se encontraron en el Burger King de Utuado y Matos les dio a ambas $1,000 de multa por supuestamente obstruir un estacionamiento de impedidos. Fue al tribunal, pero tuvo que pagar el boleto.

Hace poco, Matos detuvo a mi hija nuevamente por exceso de velocidad. Luego de darle las multas la llamó infeliz y pendeja. Mi hija le dijo que iría a la comandancia a denunciarlo, pero cuando ella arrancó la guagua el Sr. Matos le dio dos puños a su vehículo. Mi hija se fue, con mis dos nietas gritando y asustadas por Matos. Cuando estaban llegando a la comandancia, la Policía de Utuado le hizo una encerrona a la guagua de mi hija con más de 30 policías. Mi hija me llamó y me dijo que la querían arrestar. Cuando llegué encontré a mis nietas llorando y encerradas en la guagua.

Le dije directamente a Eric Matos: “Quiero saber por qué quieres arrestar a mi hija”, pero me ignoró y miró para el piso. Otros policías me contestaron, diciéndome que “esta intervención es de él… él cree que se debe arrestar… dijo que una ciudadana se fue a la fuga”. Comencé a cuestionarle [a los policías] si ella había hecho algo ilegal y a contarles lo que pasó. Todo el mundo comenzó a retirarse porque vieron que no había motivo.

El Sr. Matos nunca me respondió y el único que me contestó fue el Sargento Feliciano, diciéndome que cogiéramos “todo con calma”. Luego me dijo que convenciera a mi hija a entrar a su patrulla y que fueran al cuartel, aún estando a diez segundos del lugar. Cuando la convencí tomé el vehículo con mis nietas y fuimos al cuartel.

Mi hija salió citada al tribunal por obstrucción a la justicia y alteración a la paz. Fuimos al tribunal y gastamos $500 en el abogado, donde no le encontraron causa por ningún cargo. El policía [Matos] pidió vista en alzada que nos salió en $700 más y tampoco le encontraron causa. Sé que esto es personal en contra de mi hija porque el Sr. Matos sabe que no puede intervenir conmigo.

Esto lleva ocurriendo casi seis años y todo porque me metí en su intervención que, según mi punto de vista, era completamente inhumana e ilegal. Él no me perdona porque intervine en ese momento. De hecho, en una de las discusiones que tuve con él, el Sr. Matos me dijo que yo le tendré que pedir perdón por meterme en su intervención de aquel día. Este hombre está mal.

Pero esto no es solo con mi familia o vecinos. El Sr. Matos también empezó a meterse con mis clientas y hasta le hizo tres denuncias a una muchacha que vivía arriba de mi negocio, pero todo quedó en nada. Después que la tercera denuncia se cayó, Matos le hizo una querella al compañero porque, según él, no saben hacer el trabajo.

Aquí en Utuado todos lo conocen y estamos asustados. Este hombre es un peligro. Él es bueno según la comandante porque es el más que le lleva boletos, pero el 99.99% de los boletos y sus intervenciones son con mujeres. Imagínate, si no tiene consideración con una mujer embarazada. Eso no lo ven sus compañeros.

Esto es serio. Eric Matos es un cínico y vulgar que se mofa de ti y te dice bruto cuando intervine contigo. Es una vergüenza para la Policía de Puerto Rico. Aquí se tiene que hacer una investigación en contra de él.

En estos mismos momentos estamos preparando una querella administrativa, pero no la vamos a llevar al cuartel de Utuado, sino a San Juan. Aquí [en Utuado] esos casos duermen en esos escritorio. Lo sé porque me lo han dicho personas que trabajan allí.

No. ¿La Policía? Aquí no. Entiendo que no.

Emocionalmente, de verlo y escuchar su nombre, siento rabia e impotencia. Se siente como algo que de verdad nunca va acabar. Estoy decepcionada de la Policía.