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Yo estaba guiando por una carretera en Trujillo Alto cuando me detuvo una policía. Ella se bajó de la patrulla, yo bajé el cristal, y me leyó mis derechos, como si ya estuviera determinada a arrestarme.

Me dijo que me detuvo por el marbete, que se venció en enero. Le digo, que de verdad no me había percatado, pero si me da un momentito puedo ir a sacar el marbete nuevo. Ella me dice que no, y me dice que mi carro huele a cannabis. Me pregunta si yo tengo licencia de cannabis y me dice que la muestre. Yo se la enseño y me dice “saca lo que tienes dentro del carro a ver si tienes algo”. Yo compré un pote [de cannabis], así que, sin problema, lo saqué de la gaveta. Ella lo cogió y se fue a su patrulla. Cuando regresa me dice que salga del carro, que lo va a registrar. Pregunté cuál era la razón, si era sospechoso de algo. Me dijo “bájate del carro, si no te voy a arrestar”. Como ella se puso con actitud, le dije que no me iba a bajar hasta que vea una orden del tribunal, era capaz de tirar cualquier cosa para incriminarme. Ahí ella llamó a sus compañeros. Yo llamé a mi abogado.

Llegaron entre seis y siete patrullas. Llegó un policía que dijo que era supervisor. Me dijo “bajate cabron que te voy a pegar el taser”, y metió el brazo por el cristal, haciendo fuerza conmigo. Me estaba haciendo presión en la costilla y diciéndome que si no me bajaba lo iba a prender [el taser]. En eso llegó mi abogado, y me convence a entregarme para que no me hagan daño. Me bajo de mi auto y el oficial que estaba intentando sacarme del auto me tira contra el carro, y me pone esposas, luego me tiran al asiento de al frente de una patrulla, y del azote me di en la rodilla. La tuve hinchada como por 34 horas. Estuve como hora y media dentro de la patrulla. Mientras mi abogado hablaba con uno de los oficiales, otro lo empuja como caminando hacia atrás. Yo siempre estuve preguntando por qué me arrestan y solo me decían “ah obstrucción a la justicia”, pero todavía es la hora que no me dicen por qué me arrestaron. A eso de las cinco de la tarde fue que me llevaron a la comandancia.

Me dejaron como hasta la 1:30 de la noche, que a esa hora me llevaron a hacer unas prueba de campo, para verificar mi licencia y que tenía el cannabis guardado legalmente. Ella [la oficial que lo inervino] iba a las millas, con la carretera mojá. En las pruebas salió lo que le había dicho, eso era cannabis, no era nada más, era legal y mi licencia era legítima. Luego de las pruebas me regresaron al cuartel.

Al otro día ella estaba bien temprano en el cuartel y me dijo que iba a hablar con un juez para conseguir una orden de registro porque alegadamente vio algo sospechoso en mi carro cuando abrí la gaveta. Ella alegaba que era una bolsa, como de sustancias. Ella fue hasta San Juan y se la autorizaron. Llegó como a las 4:30 de la tarde del sábado. Me sacaron de la celda, nunca me dieron papel a firmar, y me registraron el vehículo. Ella, un sargento y otro oficial estaban verificando el carro, yo estaba ahí y mi abogado también. No se encontró nada, pero volvieron a meterme en la celda. Me di cuenta luego que ella empezó a decir que yo tenía armas, en plural.

Me buscaron para ir a una vista en Carolina a ver si había causa o no, a eso de las diez de la noche. La oficial buscó radicarme cargos por posesión de cannabis y otro por andar sin marbete. Ella estuvo hablando como 25 minutos durante la vista, y cuando terminó, la jueza dijo que no había causa, y se cayó todo.

Luego de eso la policía me dijo que tenía que pasar por el cuartel para buscar mi vehículo. Allá la oficial me dijo que espere a que llegue el supervisor, pero cuando vengo a ver, no era sargento que se identificó, el del taser, era otro. En retén me enseñaron un papel y me señalaron dónde firmar, pero me trataron mal, me gritaron, “firma papel”. Yo pedí que me dieran el papel para leerlo, pero me dijeron que firme el papel y ya, apurando. Le contesté que tengo que leer para firmar. Resulta que donde me decían que firmara era un espacio que decía que yo daba autorización para que registren mi vehículo. Entonces firmé en otro espacio que era para poder llevármelo. Ella quería que yo firmara como si hubiese dado autorización para ese registro.

Bueno no porque no tenía que pasar dos días en una celda, como si fuese delincuente. Yo soy un servidor público, perdí un día de trabajo por ninguna razón. Creo que las palabras que ellos usaron fueron soeces, sin respeto a los ciudadanos. Si se dijera estoy haciendo una delincuencia… pero yo tranquilo, nunca le falté el respeto a los policías. Considero que lo que hicieron fue ilegal.

Me sentí mal, fue sumamente abusivo. Me pusieron esposas, me jalaron el hombro, me tiraron contra el dash del carro… todavía es la hora que me duelen los huesos de la muñeca.

Mientras me leía los derechos me dijo que me detuvo por el marbete.

El policía me dijo que me baje del carro y me puso el taser por las costillas, hizo presión, que si no me bajaba lo iba a prender.