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[El domingo, 21 de mayo de 2023] venía de regreso a casa de una playa en Isla Verde, transitando en bicicleta con mis dos hijes en la Avenida Ashford en Condado. Mis hijes y yo teníamos cascos puestos y ellos estaban sentados en una bicicleta de carga e iban bien protegidos.

El carril de bicicleta a la extrema izquierda de la avenida estaba obstruido por un automóvil antes del puente Dos Hermanos, así que estaba corriendo en el carril derecho. Llegando al edificio Condado Plaza también había otro carro obstruyendo el paso. Una patrulla iba como a dos o tres carros adelante y se paró en seco para llamarle la atención al vehículo que estaba en el carril de las bicicletas.

Al pararse, obstruyó el tráfico vehicular en dirección al puente. Ahí cogí por el lado derecho del carril, le pasé por el lado a los carros y seguí hacia el puente. La patrulla se me va detrás y me prende los biombos. Me pasa por el lado izquierdo, me baja la ventana y me dice que tengo que moverme al carril de bicicleta. Les hago señas [indicándoles] que no, y les digo que tengo derecho a estar en la vía de rodaje. Acto seguido, me indican que me detenga. Así lo hago, ya en el puente Dos Hermanos, como a eso de las 12:40pm.
De la patrulla se bajan los agentes Dashuayra Vélez y Rodríguez y me indican que me pararon porque voy en la vía de rodaje, donde se supone que las bicicletas no transiten. Les volví a explicar que la Ley dice que tengo derecho a estar en la vía de rodaje. La agente Vélez se vio media confundida. Mi impresión es que ella no estaba al tanto y no conocía la Ley.
La agente Vélez dijo que iba a hacer una llamada por teléfono. Antes de irse, ella me informó voluntariamente que la Policía solo tiene veinte minutos para intervenir. Si no habían hecho un arresto, me tenía que dejar ir. En ese momento puse un timer [cronómetro] en mi teléfono de veinte minutos.
El agente Rodríguez procede a decirme que me pararon por que se preocuparon por les niñes en la bicicleta. Le muestro que mis hijes van con casco en un asiento protegido. Estando nervioso, le pregunté si encontraba algo por el que denunciarme con el Departamento de la Familia y el agente me dijo que sí. Ahí me pongo más nervioso.
Le pregunté al agente Rodríguez si me estaban deteniendo y si me podía ir. El agente me dice que no me están deteniendo, pero que no me podía ir y que si me iba eso sería resistir las órdenes de un oficial. No me acuerdo de la frase exacta, pero estaba insinuando que me persegurían si me iba del lugar. Le contesté que “no me voy a ir así, no soy pendejo,” y me repite que me va a citar al Departamento de la Familia, esta vez por usar “lenguaje soez” frente a un menor.
En lo que pasaba este intercambio, llegó al lugar el sargento Quiñones y dos agentes más. Ahora tengo un sargento y cuatro agentes cuadrados a mi alrededor, intimidándonos mientras estaba en mi bicicleta, volviendo de la playa con mis dos nenes. Fue algo bien incomodo y agresivo. Obviamente, mis dos nenes estaban nerviosos, pero no dijeron ni una palabra y se portaron muy bien.
Ellos estaban parados como a cuatro pies de donde estaba con mi bicicleta. No los escuché completamente, pero el agente Rodríguez le hizo una pregunta al sargento Quiñones que yo interpreté como “¿con que podemos caerle encima a este?”. Luego le dice que “estaba usando lenguaje soez frente a los menores” y que “quizás por eso” me podían “coger”. Ahí prendo la cámara y empiezo a grabar.
El resto de la intervención duró unos diez minutos más. No pasó mucho. Les continué explicando que habían carros bloqueando el carril de bicicletas y que no era seguro [para transitar]. La intervención duró un poco más de veinte minutos, ya que el timer de mi teléfono comenzó a sonar [se agotó].

Les avisé que se acabó el tiempo y, finalmente, la agente Vélez regresó, me dio una citación y me dijo que quería verme en el cuartel en la fecha y hora estipulada. El documento me citó para el 27 de mayo en el cuartel de la División de Vehículos Hurtados. Cuando le cuestioné por qué me citó para ese lugar, Vélez me aclara que ella trabaja en esa división.

Me dejaron ir sin darme un boleto a eso de las 1:05 p.m. Cuando llegué a casa me di cuenta que la agente Vélez dejó en blanco el delito cometido en la citación.

Llamé a mi abogada y ella se comunicó con la agente. Después de un ajuste de calendarios entre ella y la Policía, mi abogada asistió a la cita en otro cuartel el 2 de junio en mí representación. Mi abogada me llama y me dice que la agente Vélez solicita los nombres completos, las edades y los pesos de mis hijes. Se los proveí.

Luego, mi abogada me dijo que la agente citó una sección de la Ley de tránsito que estipula que para transitar a un menor en bicicleta tiene que pesar menos de ciento cincuenta libras y debe tener un asiento protector. Tenía la Ley disponible y no encontré esas estipulaciones. Cuando se lo cuestioné a través de mi abogada, la agente Vélez quedó en enviarle a mi abogada donde dice las estipulaciones [que argumenta] por correo electrónico. Aún lo estamos esperando. No lo ha enviado hasta el sol de hoy.

No. En particular el agente Rodríguez, quien se pasó insinuando que iba a llamar al Departamento de Familia. Como un padre, uno está asustado. Eso es una barbaridad. Esta gente tiene mucho poder. No había razón para pararme. Lo adecuado era reconocer que estaban mal y dejarme ir. Lo que hicieron fue estirar el chicle.
Una cosa es intervenir y denunciar un abuso y otra es ver a un padre saliendo de la playa en una bicicleta y te pongas con esas changuerias, simplemente porque no encontrabas otra forma de ejercer tu autoridad. Fue excesivo y sumamente inapropiado. Me dieron una citación. Todavía estoy preocupado porque estas cosas no tienen un final. No sé si mañana el agente se va a levantar del lado malo de la cama y decida referirme al Departamento de la Familia.

Asustado, intimidado y molesto. También muy preocupado por mis hijes, que me lo fuesen a quitar.

Me siento frustrado porque conozco la ley. Soy ciclista. No tengo carro. No es deporte, sino que es mi método de transporte. Me conozco la ley y soy un ciclista responsable. Muy frustrado que me paren estos agentes y que ellos mismos no conozcan la ley que están tratando de esforzar esta intervención. En esto se gastan los chavos.

Inicialmente mencionaron que estaba en la vía de rodaje en una bicicleta, pero cuando les dije que no era ilegal cambiaron de parecer y alegaron estar preocupados por mis hijes.

El agente Rodríguez me amenazó con llamar al Departamento de la Familia.