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Cuando me siento a comer en el balcón de mi apartamento veo que dos policías en motoras detienen a una guagua en la Ponce de León en la cuadra antes de mi edificio, cruzando al Conservatorio de Música de Puerto Rico. La guagua se acomoda a la derecha y los dos oficiales rodean la guagua; uno por la puerta del conductor y el otro por la puerta del pasajero. Estos terminan bloqueando la carretera.

Luego veo que una pareja de ciclistas, un hombre [nombre confirmado por la prensa: Jorge González] y una mujer, se dirigen hacia [el oeste, de camino al Viejo San Juan]. Cuando estos ven a los oficiales y el vehículo detenido, los dos buscaron rebasarlos. [González] se trepa por la acera y la mujer se queda un poco más atrás para transitar en el poco espacio que queda en la carretera.

Cuando el policía [del lado del pasajero de la guagua] se percata del ciclista conduciendo por la acera le bloquea el paso con su motora. [González] se percata de la motora del policía bloqueando su camino y buscó esquivarlo, no por evadirlo [o escaparse], sino para no caerse.

El policía detiene al hombre en seco al agarrarle el manubrio de su bicicleta y lo sacude hostilmente. El policía no dijo mucho, lo paró y rápido le agarró y sacudió la bicicleta. Dentro de lo que pude ver, no hubo intercambio ni dialogo, ni el oficial se identificó.

Desde el principio, la actitud del oficial era una hostil y agresiva. El oficial podía detenerlo con una señal o indicándole que se detuviera, pero tuvo la actitud hostil de detenerlo desde el inicio.

El oficial continúa sacudiéndole la bicicleta, ordenándole a que se bajara. [González] le señala a la canasta que tiene detrás de la bicicleta, lo cual asumo es que él y su acompañante iban de camino al supermercado Pueblo más arriba en la [Ave. Juan Ponce de León]. No escuché bien lo que se estaba dialogando, pero era claro que el policía quería que se bajara de la bicicleta.

Momentos luego, la mujer se acerca al oficial y al hombre y comienza a grabar la situación.

El otro oficial dejó ir al vehículo detenido bien rápido y se unió al otro oficial al ponerse en el otro lado de la bicicleta [de González] y también agarrarle su bicicleta. Él tenía a un policía de cada lado y comenzaron a sacudir la bicicleta hasta que lograron bajarlo de esta. Luego tomaron al hombre y lo pegaron en contra la pared con una llave como por un minuto.

La mujer continuaba grabando y gritaba: “Oh my God! ¡¿Qué es esto?!”.

Después de ponerlo en contra de la pared comenzaron a llegar poco a poco alrededor de 11 a 12 oficiales en motora. Esto en alrededor de 4 a 5 minutos. En el primer grupo de oficiales llegaron 4 a 5 policías de Santurce a Miramar y en el segundo grupo otros 4 a 5 de Miramar a Santurce. Todos con los bombos prendidos y sirenas puestas.

Entre las llegadas de los refuerzos policiacos, llego una guagua puck up de color obscura que creo que era de conocidos de las víctimas. El vehículo se paró detrás de las motoras y se bajó otro hombre de esta. El dueño de la pickup trata de hablarle [a González] que aún se encontraba pinchado en la pared por los oficiales. Como un oficial puso la bicicleta en la pared, el hombre de la pickup llegó a mitad de intervención, montó la bicicleta y se fue.

Mientras la mujer continuaba grabando la situación, algunos oficiales se le acercaban a ella, pero ella retrocedía. ***

El hombre pillado contra la pared comenzó a resistir, no para herir [a los oficiales], sino para zafarse. Parecía súper incomodo la forma en que lo tenían pillado.

Luego de la llegada de todos los oficiales, 6 de estos manejaron el arresto del hombre. Cuando le pusieron las esposas, se vía como el brazo estaba doblado y su lenguaje corporal comunicaba que le dolía su extremidad.

Después de esposarlo, aproximadamente 4 oficiales lo llevaron a una guagua [vehículo] oficial de la Policía color oscuro de 4 puertas que llegó poco después. Los oficiales lo llevan de manera hostil y violenta al vehículo, utilizando fuerza innecesaria. La victima resiste al principio, pero luego es obligado y se mete al vehículo.

Cuando concluye el arresto, todas las patrullas motociclistas vuelven al viejo San Juan, pero ninguna vuelve para Santurce.

No, porque él estaba claramente desarmado, no estaba violando ninguna ley y había un exceso de policía innecesario para manejar una sola persona. Fue intimidante. ¿Que estés solo y lleguen 12 policías? [Los oficiales] estaban rompieron el distanciamiento social. ¿Doce [oficiales] bregar para una persona desarmada que sin romper ninguna ley?
Cuando hay un record que los policías están abusando [de la gente] y cuando llegan 12 policías encima de ti, claro que vas a tener miedo. Es importante que la gente sepa que la dirección a donde se dirigían había dos supermercados. Venían separados, sin romper el distanciamiento social.

Me da coraje porque ya cuando comenzó el toque de queda, una de las noches como a las 4:06 a.m. en Trujillo Alto yo llamé a la Policía porque escuché a una mujer gritando. Cuando me asomo hay un hombre dándole y halándola por la camisa. Comencé a pitar y a gritar, pero nada. Llamé a la policía y esta llegó a las 5:13 a.m. Me molesta como para casos [de violencia de género] que involucra a una mujer no llegan a tiempo, pero cuando es para detener a un hombre indefenso en Miramar a las 4:00 pm llegan 12 policías en menos de 6 minutos. Esto era para intimidar, porque cómo se lo van a llevar preso sin hacer nada.