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Esto ocurrió entre 11:00 a.m. y 12:00 p.m. el 18 de octubre de 2021. Muchas compañeras que estaban sentadas en las escalinatas del Capitolio me dijeron que la Policía las quería sacar del área donde se encontraban. Entre estas compañeras, se encontraban personas mayores que estaban defendiendo su retiro. Es importante resaltar que el lugar donde estaban sentadas era el único espacio con sombra en el área, por lo que había muchas personas mayores ahí buscando refugio del sol.
Las compañeras le pidieron a la Policía que le cedieran cuatro escalones de la escalinata para descansar y coger sombra, pero poco a poco los policías se iban acercando y no les permitieron sentarse en las escalinatas. Me percaté de la situación, las acompañé en la escalinata y durante todo este momento le pedí a la Policía que les den los escalones y que se les diera un espacio para poder descansar y tener un poco de sombra.

En el área donde estaba había de 10 a 12 oficiales en esa primera escalinata y solo éramos 5 manifestantes sentadas y una de pie. Cuando logro sentarme en una de los escalones quedé frente a las rodilla de una de las oficiales paradas en las escalinatas. Tenía un bulto en mi espalda en ese momento y, con todo y eso, sentía la fuerza de la rodilla de la policía empujándome hacia al frente, porque el fin de ellos, y las instrucciones específicas, era sacarnos de esa área. Nos quedamos en la escalinata por varios minutos exigiéndoles que nos dieran cuatro escalones, que subieran y que dejaran de empujar para que las personas pudiesen descansar . Esos empujones eran poco visibles, pero sí nos estaban empujando para que nos bajáramos de las escalinatas.
Entre una cosa y la otra, pude subir a un cuarto escalón de la escalinata, pero estaba encima de las piernas de la oficial. Durante todo el forcejeo, los policías se mantuvieron en línea, empujándonos hacia al frente y sin permitirnos subir.

Una compañera que estaba de pie en la escalinata la forcejearon y empujaron de una manera más evidente. Unos policías pasaron por encima de algunas compañeras, haciendo que se cayeran al piso. Ahí comenzó el encontronazo más directo y evidente donde hubo compañeros que estuvieron defendiendo y recibieron macanazos a todo lo que da.

En el video se ve cómo teníamos oficiales adicionales empujando a los oficiales que, a su vez, nos estaban empujando con sus rodillas en nuestras espaldas para sacarnos. No me di cuenta de esto hasta que vi el video.

Comenzó la fuerza bruta de la Policía. Acorralaron a las compañeras de al frente mientras los policías en las escalinatas a nuestras espaldas nos empujaban de atrás. Nunca nos explicaron la razón para intervenir y agredirnos,simplemente dijeron que nos teníamos que salir, que nos teníamos que ir. Cuando ellos dijeron que nos iban a sacar, lo hacían con una actitud agresiva y violenta. Decían que tenían que sacarnos fuese como fuese. ¿Cómo nos van a sacar? A empujones. Estaba consciente que si no me movía iban a usar fuerza física. Esto fue amenazante. En medio de este caos tuvimos un forcejeo de palabras y yo les dije: “Yo me muevo cuando yo quiera. Ninguno de ustedes me va a tocar. Yo me voy a mover cuando yo decida hacerlo”.

Luego del forcejeo de palabras los ánimos se estaban cargando y, después de tanto empujón y forcejeo, decidimos no aguantar esto y movernos.

Desde el inicio se estaba buscando diálogo para que nos dieran 4 escalinatas. Detrás de los policías habían 15 escalinatas más, así que no era necesario empujarnos para sacarnos de esa área, y mucho menos empujar y golpear a las personas que nos estaban protegiendo y defendiéndonos. La Policía se supone que esté allí para mantener todo tranquilo, pero no fue hasta que ellos empezaron a forcejear que la situación se salió de control.

No, en ningún momento hubo consideración por parte de la Policía. Ellos realmente seguían órdenes de los que llegaban de momento y decían: “¡Hay que sacarlas! !Hay que sacarlas!”. En ningún momento tuvieron intención de llegar a un acuerdo ni la intención de moverse. Tampoco tuvieron la intención de negociar. El trato fue totalmente abrupto, innecesario y abusivo. No había necesidad de que pasara lo que pasó en el Capitolio. Punto.

Mucha rabia y coraje. ¿Cómo una persona va a maltratar a otra por querer expresarse y ejercer su derecho? En vez de unirse quieren ser bruscos. Como mujer, una está ahí haciendo fuerza y quiere mantenerse fuerte, pero físicamente no podía y me frustré en el proceso porque no quiero dejar que su plan salga ganando. Sentí que tenía que ceder por mi seguridad, tenía que ceder, sentí que tenía que parar porque temía. Una también siente miedo. Eventualmente, la Policía de Puerto Rico se sale con la suya y termina pisando y atropellando al pueblo. Ver que la Policía no siente empatía hacia nosotros me causa una ruleta de emociones entre frustración e impotencia. Me da pena porque protestamos contra algo que también les afecta.

Nos informaron que nos teníamos que salir con una actitud agresiva, diciéndonos que nos van a sacar a empujones.