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Esto ocurrió a eso de las 6:00 a.m. del 1ro de mayo [de 2017]. Llegamos bien temprano a los portones de Fortaleza para comenzar un cacerolazo antes que pusieran las vallas. Nos dividimos en dos grupos y formé parte del primer grupo que llegó frente a los portones de Fortaleza. Cuando el otro grupo se estaba acercando la Policía logró poner las vallas en Calle Resistencia, quedándonos incomunicades con elles. Ahí salieron de Fortaleza un grupo de agentes no identificados que resultaron ser la escolta del gobernador [Ricardo Rosselló]. Estos no estaban vestidos como agentes, sino tenían pantalones y camisas de vestir, y fueron directamente a la valla y quien se acercara a esta los sacaban a la fuerza.

Me acerco para saber qué está pasando con el otro grupo y qué ibamos hacer, ya que estábamos encerrades. Cuando intenté regresar uno de los agentes [de la escolta del gobernador] se paró detrás de mí para que yo no pudiera regresar al portón con mi grupo y sacarme hacia el otro lado de la valla.

Me doy cuenta de esto y comienzo a caminar hacia atrás, pero esta persona me agarra. Hay un forcejeo y cuando intenté escabullirme este agente me agarró por el pelo, me hala hacia él y pone su mano alrededor de mi cuello. Este formó la llave donde él puso su brazo en mi cuello y su otra mano encima de mi cabeza. Estando en su llave, el agente me arrastra hasta la valla, pero yo no estoy tocando el piso. Estaba siendo ahorcada mientras perdía el conocimiento al quedarme sin respiración.

El agente me tiró al suelo y llegaron tres agentes más que me arrastran y tiran al otro lado de valla. Cada uno me cogió una pierna y un brazo, separaron un poco las vallas y me tiraron al otro lado. Fueron cuatro personas que usaron fuerza para sacarme de ahí. Al tirarme al piso caí de espalda y mis codos chocaron contra el cemento. Tanto mi ropa como mi ropa interior se rompió en el proceso de forcejeo. Hay un video que muestra cuando estoy siendo arrastrada, pero la parte que estoy siendo asfixiada no quedó documentada. Estos agentes no me dieron razón para intervenir.

No. Lo que pasó no estuvo bien. Perdí el conocimiento, quedé lastimada en el codo y me dejaron marcas en el cuello.

Me sentí mal. Temí por mi vida en ese momento.