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Yo estaba con mi companera en el coliseo Roberto Clemente viendo el juego de los Cangrejeros de Santurce. Una vez se acaba juego vamos a la salida y nos encontramos con que Miguel Romero está ahí. Una vez lo vemos, que vamos caminando a la salida, comenzaos a gritar “pillo, corrupto”.

En ese momento la escolta reaccionó, estuvo pendiente y Miguel Romero se vira y nos comienza a confrontar, a decirnos cosas también. Nosotros nos acercamos y a través de la multitud le seguimos gritando al alcalde. Ahi es que mi compañera comienza a grabar con su celular, pero se lo arrebatan de la mano, de forma violenta, quienes entendemos que son escoltas de Miguel Romero.

Ella me dice y comunica que le robaron el celular. Yo lo veo y trato de agarrarlo, pero me dicen que ese celular no es de ella. Le digo que veamos de quién es para esclarecer esto, y si no, hay que buscar el que es. Mientras estoy en esa interacción me agarra otra persona, que pensamos es escolta, por el cuello y me tira al piso, haciendome una llave, que entendemos es ilegal, más aún si se trata de un oficial de orden público. Una vez me tiran al suelo me levanto y trato de acercarme a la puerta donde estaba mi compañera, por donde salió Miguel Romero, pero ya la habían cerrado.

Nos quedamos minutos pidiendo el celular que robaron. Nunca aparecio.

Tratamos de salir por otra salida para continuar pidiéndolo, pero nos dijeron, como irónicamente, “¿por qué vamos a robar un celular?” Se montaron en una guagua y se fueron de escena.

Radicamos una querella en la Policía estatal en Hato Rey y luego fuimos al CDT para que me evaluaran por el agarre y el impacto de caer al suelo.

Claro que no, porque ellos tienen que asegurar tanto la seguridad del alcalde como la de nosotros. Al no salvaguardar el derecho a la libre expresión, y por encima ser agresivos y ocultar evidencia de que robaron celular, fue un intento para silenciar nuestras las voces. Fue un robo con uso de la fuera. Cuando traté de detener el robo, arremetieron contra mí.

Bastante asustado porque eran muchas personas, nosostros solo eramos dos. Esas personas demostraron no tener buenas intenciones.

Agresión simple y robo agravado